Pensamiento Acelerado (textos)



Estas reflexiones, aluden al shock epidemiológico del año 2020, algunas hacen referencia a obras futuras; otras como Ecce Homo y Nessun Dorma son reflejo de una experiencia íntima.  
La disonancia cognitiva provocada por el gaslighting del psicópata integrado disfrazado de intelectual que frecuenté, me llevó a reflexionar sobre la situación de este modo tratando de entender lo que sucedía. 


Entretanto, iré actualizando...

 





DESNUDO BAJANDO LA ESCALERA




El baja desnudo, por la escalera, desnudo
Mudo al desnudo
Libre, silente, libre, silente
Por la escalera, descendant, 
mudo.
Nu, no, nu, mudo.





Diciembre  2021






In the school




                                              Don't look
                                             At the tool
                    cool been into the moon
                               Depende del mood
                                                       mood
                                                       mood
                                                       moon
                                               son - soon
                                                         good
  




 Diciembre 2021




SOBRE EL AGUA



La saliva, sobre el agua. Tu sudor, sobre el agua. Tu piel, sobre el agua.
Ser, sobre el agua de lluvia clara.
La gota que rompe la calma,
En La Fuente, la lágrima.












Diciembre 2021
                 
                                        1





                                        5
 


3.                                                                                  4






                                        2








                             Amén





Noviembre 2021









I've SIN    
    

SIN  sentido


SIN   ti












Jenny Brito Mora

10 Noviembre 2021







                                              te?
                                        _|
                                    _|
                                _|
                            _|
                        _|
                    _|
Llegas












Jenny Brito Mora
Octubre 2021






    Cogito

             E
             G
             O
      
       ciego

         L   O
         E   G

                              sum.










Jenny Brito Mora
Octubre 2021






Es escupido, 
e s e cupido,

ese cupido

un conflictivo, 
ya lo olvido...








Jenny Brito Mora
Octubre 2021





It's too late
Like to late
Like a lake
At Salt Lake.






Jenny Brito Mora

Octubre 2021






UN HOMBRE.



El hombre corta, pavimenta, domestica.
Los árboles, la tierra, las fieras.
Ése, éste, aquél humano, al parecer odia lo que no puede controlar ni contener. Un hombre al cortar un árbol o asfaltar una carretera, diseña otra cosa, eso tiene otro sentido. Su carrera en contra, lo evade de la reflexión real del asunto.
No es un sí solo una persona que odia la ferocidad de la naturaleza al controlar sus formas y comportamientos, sino un ser que teme profundamente.
Al domesticar un tigre, un paisaje, u otro humano, se enorgullece; pero realmente trata de domesticar su temor a la fiera, (quizás inconscientemente quiera también someter a la suya, puede que reconozca en el animal su propia monstruosidad que no sabe dominar) no su poder sobre ella. Se presenta como un ser temeroso, envidioso de esa fuerza e instinto que necesita acorralar y rebajar a la condición que lo martiriza.
Que cobardía suprema sería querer controlar el vuelo de una libélula u otro igual. Ningún humano ha podido comandar a un ser etéreo, frágil y tan  libre. Esa osadía confiesa aún más pánico al querer doblegar esos espíritus sin maldad, escondiendo el miedo de descubrirse también frágil. Ahí tenemos al homo erectus que odia aquello que nunca podrá ser. Un hombre que odia y teme que nunca podrá ser libre. Y en efecto, ya el sabe que está perdido, por lo tanto lucha contra su mayor condena: su ego.




Jenny Brito Mora
15 octubre 2021







ARE YOU..?

 

Ya que no podemos proyectar en una nube real nuestros pensamientos, quiero hacer una alegoría de “la nube” digital y Facebook, a las que lanzamos cada cosa que nos pasa por la cabeza, seria o no. Estamos atados a un escenario donde el ideal de sociedad es cada vez más imaginado. Nos marginamos al encadenarnos en la hiperrealidad que ofrecen los medios. La hipercomunicación tan presente en este momento singular,  acentúa la soledad y falta de contacto, no solo hacia los otros, sino también hacia nuestra realidad. Nuestras opiniones, que creemos nuestras y ciertas han sido implantadas por los medios; el entorno digital se vuelve un confesionario narcisista, pero no hay un cura, nosotros mismos nos damos la absolución. Todos queremos tener una existencia y experiencia mejor que la del otro, la del vecino, el panadero, la empleada de la tienda. Nadie desea una existencia insignificante, nadie se quiere sentir como masa, hay que actualizar el “perfil” a cada ratico para sentirnos engañosamente especiales, aunque sea por una causa altruista; pero realmente Facebook nos iguala, precisamente al querernos distinguir constantemente uno del otro, qué perfidia. “Qué estás pensando”, pregunta el algoritmo, y todos respondemos en algún momento; entonces el pensamiento se vuelve transparente, ingenuo, demasiado espontáneo, se ha vuelto pornográfico y sin misterio, ni erotismo. Facebook no nos pregunta para disponer de una libertad de expresión, sino para que el programa nos piense a nosotros. Nunca se ha esclavizado mejor al hombre, pues él mismo se encadena mentalmente, y se engaña sintiéndose más libre que nunca; hasta la postura frente a los teléfonos es de sumisión, mirada perdida y cabeza baja, mirando al piso, como un esclavo encadenado; ya el exterior está en duda. 

El título alude a la incógnita de nosotros mismos en el entorno social y  mi interés en indagar cómo las personas se comunican a través de las redes, lo cual ha sido más intenso en estos últimos meses. Cada quien termina la pregunta como quiera; Are you there?, Are you here?, Are you talking to me? La sociedad simulada es nuestro espejo, y las redes son reflejo de nuestra conciencia. Percibo estos comentarios como epitafios eternos, unos sobre otros, como una industria que no puede detenerse, imagen sobre imagen, persona sobre persona, un ego sobre otro. En la fosa común del algoritmo todo se hace controlado, pues estamos en la era de lo igual, por lo tanto somos más fáciles de someter. No lo podemos percibir. En fin, todos dicen lo mismo y por lo tanto nada, es una pompa y no de jabón, aparece y de repente, puf!

Sin embargo, mientras redacto este texto me cuestiono si realmente vale la pena darle un valor a esta banalidad que nos aísla e individualiza. La velocidad táctil del mundo contemporáneo nos ha provocado amnesia y desdén hacia lo esencial. 

Lo digital es también así, se disuelve como humo, como residuos hacia el desagüe o colapsa como edificio ante un virus de hacker. La ciudad es nuestro escenario real, en la que se tatúan nuestros vicios y restos. Estos espacios públicos, o más bien comunes, presentan una realidad que está siempre a la vista, sin inmunidad, en una ciudad que se autodestruye lentamente, que actúa como un cuerpo vivo que pierde aliento, porque la realidad pesa, apesta, es lenta, no se da fácil, y no siempre hay un “me gusta”. En estos no- lugares no se satisface ningún deseo como en la red, allí no yace ningún hedonismo.

 El campesino al labrar la tierra, ésta le opone resistencia, exige de él dedicación y paciencia para recoger los frutos; al igual que un pescador, que puede retornar de altamar no siempre con una buena captura, y arriesgando la vida al  permanecer en un elemento de peligro como el océano; al recoger el aparejo, éste no espera atrapar emoticones. Los pensamientos representados en las redes hacen que huyamos de nosotros mismos, pues vivir con uno mismo requiere de paciencia, humildad y hasta amor al prójimo, lo más difícil de lograr. La trama virtual nos autorefleja, se alimenta del ego, y esto nos hace ciegos para ver al otro, sobre todo si no es nuestro semejante. Si la realidad ya es un espejismo, vamos a reflejar ideas en los anti-oasis de la ciudad, ya que todo perdió su sentido o nunca lo tuvo.

 

 

Jenny Brito Mora 

30 junio 2020


 



BASADO EN HECHOS REALES


 

Cruzar la avenida hacia el malecón puede durar una eternidad. En esos minutos eternos, mientras anticipo cómo estoy cruzando, y que hacia el este debo mirar; pienso que éste no es un relato- espejismo. No deberíamos olvidar los que caminamos por la isla, que en el mar no existe temporalidad; es su extensión una eternidad con una memoria ahogada. El rompeolas no es el límite, sino el horizonte. Allí “rompe” el riesgo, el sueño,  allí se balancea la identidad, como una persona cuando sueña y no sabe quién es ni dónde se encuentra. El sueño se vuelve un lenguaje delirante, que interroga a la realidad. El océano, siempre a la vista y al tacto, puede ser un subconsciente salitroso que erosiona la realidad.

En el país de los ventrílocuos, ni hay identidad, ni hay voz;  ni verdad. Es su voz irreal, y por lo tanto muda. Proyectamos un grito en el desierto, un grito que sobrevive en el silencio, y se transforma en un olvido permanente donde la memoria es esquiva y pantanosa. Si la mentira no tiene memoria, debemos insistir en recordar, si no, nos volveremos un librero con estantes vacíos. Recordar un mar que fue atado, azulejado, atrincherado, como aquella tarde violenta de mi adolescencia en los noventa, en el espigón de Guanabo. Si una onda de sonido creada por un aparato electrónico crea una imagen, porqué la voz ciudadana no emite sonido alguno para atesorar esos recuerdos?

Los atlantes se dispersaron en el mar como gotas de cuarzo, y la isla perdió su peso en oro, para no volver a ser más. Se enraizó la desidia, el abandono de la moral, la soberbia, y quedaron las vidas en unas páginas encima de un buró. Vidas apiladas, amontonadas como cartón; y sobre ellas, ejerciendo presión, actúa el pisapapeles de las restricciones de un sistema que, mientras más aprieta al papel- individuo, amplifica en el cristal de fondo sus carencias y necesidades. Las propiedades ópticas y decorativas del objeto se han vuelto souvenir para el desdén del estado. La cromatización en el cristal del dolor de perderlo todo, familia y vida; en ese olvido hay control, no hay a que aferrarse. Si los amos y señores se repartieron las tierras, les toca a sus títeres invadir el mar como trapos sin vida, que miran al cielo esperando que otro amo les arme de conciencia. Este relato presentaría un mensaje moral alrededor de una sociedad utópica, donde el obrero no tiene otra libertad que vivir con el hambre o morir por ésta. En tierra, con el trabajo sádico- ideo-lógico?  hemos encallado y acallado . La Atlantis busca resucitarse  a sí misma, se resiste a su condena y su corrupción, no ha asumido que la destrucción de sus pasajeros es su descomposición,  castigo y vergüenza. Cuando el pisapapeles se haya levantado, ya esas familias quedarán como papeles sobre el agua, muy poco para recuperar. En esa coda eterna que es la sociedad, donde navega tranquilamente la desigualdad, la  injusticia, no queda más remedio que aventurarse a expirar al mar; donde todo comenzó, donde yace la primera célula que nos dio vida a todos. El ciudadano abandonó su destino al  mar, al hallar soledad en el desierto de la sociedad; almas que fueron a fecundar el alba. Luz. 

No tears left to cry, the ocean is full of.

Dicen que viajar en el mar es como atravesar un desierto, vivir un espejismo sin fronteras; sólo los iguala el horizonte, la línea que en realidad es curva. Un horizonte como trapecio para inmigrantes que esperan encontrar un oasis que, puede ser un mar con granos mojados en su profundidad, o el desierto, una playa sin mar.
 

1 de Enero de 1959 y seguiremos contando.

 

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Jenny Brito Mora.

5 de Octubre 2020








MONTAÑA RUSA vs  VESPA   (El grito)

 

Siempre es mejor que no hablen de uno; ese dicho de que es mejor que digan algo de uno aunque sea malo pero que hablen, no me convence. Calladitos, en silencio se evoluciona mejor, uno se desarrolla mirándolo todo de lejos, detenidamente y a nuestro tiempo. Tal parece que todos quieren armar bulla, hacerse notar; todos los artistas disfrutando del parque de atracciones gozando de un viaje en la montaña rusa. Cuando van ascendiendo lentamente por la canal, la emoción crece calladamente con todo el cuerpo y todos los sentidos bien alerta prestando atención. La meta no es la parada final allá abajo, sino la cúspide de la curva. Sabemos bien que para volver a casa hay que bajar con la inevitable gravedad y nos olvidamos de la sensación terrible de la free-fall. 

A cuántos artistas visuales  les gusta montar un show, ya sea con obras magníficamente caras en su producción y valor en el mercado o exponiendo siempre en las galerías más relevantes, siempre con el show mediático de trasfondo. Yo los veo a todos gritando a lo Munch; ya no hay control en ese estado de caída, y luego del frenazo se irán a casa pensando en repetir la emoción, ellos saben que después de alcanzar la cumbre la adrenalina se pierde, solo normalidad. El vacío es un golpe duro. 

Se aproximan los artistas, cada uno con un acto, el público- curador ovaciona, escuchan los gritos? Qué espectáculo, qué actuación! Acabada la fanfarria en la quietud bajo la inmensa carpa,  hay que recoger al artista-hombre bala, los sables del traga fuegos, encontrar al escapista y la nariz de goma roja; ni un mago lo haría mejor que el artista- tramoyista. Mientras regresa a casa en su moto en el fresco de la noche por la avenida, con un grito callado que el solo escucha, recuerda que a la mañana siguiente tiene que volver a desarmar la malla de los trapecistas; la continua perseverancia de lo real en oposición a la fantasía. No es lo mismo gritar en un plano horizontal manejando una moto que cuando gritamos en una montaña rusa, plano horizontal versus parábola infinita en sus curvas. 

 

 

Jenny Brito Mora

Marzo 2020









EXTRELLAS 




Lo nuevo nos deslumbra, nos ilusiona a recomenzar. El amor cuando surge se nos presenta inmortal, ingrávido, endiosado, nos eleva al cielo junto a las estrellas; en ellas están plasmados los destinos, nuestras fatalidades suspendidas del porvenir centelleante. Cuando éste se acaba, caemos en un hilo de tinieblas, y en un suspiro cae el corazón por su propia gravedad. En muchas de esas extrellas hemos lanzado  nuestras suertes. Ya cuando el hidrógeno de esa relación se ha agotado, se desencadenan una serie de reacciones que aunque se contengan, sólo derivarán en una explosión o colapso de esa supernova emocional.

Las estrellas son unas traicioneras y falsas; hemos levantado nuestra mirada hacia ellas rogando una esperanza sin considerar que ya están muertas, son rocas brillantes fosilizadas en el firmamento. Presenciamos un brillo perpetuo que alude a un pasado eterno de una epifanía que ya ocurrió hace siglos, meses o unos pocos segundos. Colocamos allá en lo alto el naufragio de nuestros más elevados deseos a un espectro que ya no existe; estamos dialogando con una explosión  que ya ocurrió, un sueño que tuvimos que nunca sucedió. Este es el lenguaje del cosmos, habla a través de los espejismos de la relatividad: soy, fui, seré; es elíptico. Ellas comienzan desde su final.

Entonces el amor, es como la masa total de una estrella, que es el principal determinante de su evolución y destino final. Otras características de una estrella, como también en el amor, incluyen el diámetro y la temperatura, que cambian a lo largo de su vida, mientras que su entorno afecta a su rotación y movimiento. La magnitud absoluta del amor dado que nunca sucedió, la galaxia perpetua de lo que ya no fue. Una metamorfosis del colapso gravitacional del amor nos manifiesta esa lucidez justo cuando se avecina el final.

Por eso el pasado es dolor, lastima, aunque brille, ya que no existe. Podemos distinguir mejor el escenario, cuando están a distancia y han acabado; sólo cuando obtenemos espacio de las situaciones amorosas las podemos enfocar mejor, definirlas en su conjunto. La energía que nos liberó esa estrella ya ha zozobrado, nos hundimos con ella; allí ya no se puede saciar la sed, pues hemos quedado ahogados en el dolor. A veces, queremos bajarlas a la tierra, pero lo más probable es que se materialicen en simples estrellas de mar; es incluso más posible poder alcanzar ese deseo cósmico al pescar una  de ellas del fondo del mar, quizás sean un reflejo de lo que hay arriba; por lo menos éstas están vivas. Entonces sí, nuestros sueños ya estaban naufragados; en el amor estamos a la deriva.

 Las estrellas aunque las veamos, son el pasado, pues su brillo alude a su muerte. Un pasado siempre en el presente, por eso el futuro siempre es el pasado. Hacemos una transmisión  de miles de millones de soles de distancia hacia el pasado eterno que ya no sucedió, de un amor que ya no existió…

 

 
Jenny Brito Mora

Mayo 2020








MENÚ 2020 (léase bien, porque hay hambre)

 

-Congrís- 19

-Pollo a la víctima 

-Ensalada cadáver

-Puerco al pescuezo

-Liebre en su salsa, pero sin fiebre

-Ensalada de pepinillos pepillos

-Arroz blanco ya excitado

-Bolitas de carne acosadas

-Calamar que se volvió a la mar, ya no se quiere rebosar

-Langosta que os contempla orgullosa

-Lentejas al despiste

-Altar de tortillas pecadoras

-Potaje de ultraje

-Spaghetti a la carbonera

-Lasaña de desamor

-Sopa de fideos con sopor 

-Pescado bien arreglado

-Camarón hasta la mayonesa siempre

-Ostras al orgasmo

-Harina de aspirina

-Pan literal, por integral

-Bistec de res, que no es para usted

-Frituras sin autoestima

-Capilla Sixtina de croquetas de plastilina

-Jamonada refrita que reverdece

 

-Leche fría me absolverá

-Flan que no conocerán

-Galleticas de chocolate, es polvorín?

-Boniatillo que embrutece

-Gelatina lenta pero aplastante 

-Helado con sabor a cuc

-Café que miente y luego se arrepiente

 

AL SERVICIO DE SU HUMOR. CONSÚMASE PREFERENTEMENTE ANTES DE: USTED.

 


4 julio de 2020

Jenny Brito Mora









NESSUN DORMA  (carta de un asesino capital: COVID-19)

 

La mayoría de los accidentes se asocian a la velocidad pero esta no es una casualidad, la velocidad es efímera; aquí el tiempo no corre veloz, esto no es una hipnosis de la realidad; además, mi conocimiento de mí mismo me impide acudir por  ese camino. He construido un elevador de esqueletos para subir a mi montaña humana, con todo mi aliento me ejercito con mi ejército en mi bicicleta estática de huesos. Este afilador de cuchillos no avisa con silbato. Este avión se está cayendo, así que no aspires de la máscara de oxígeno, pues tu realidad atraviesa la ficción y la conciencia. Te advierto, el vértigo de la caída no te hará sudar frío, sudarás mármol al convertirte en pedestal y hacerte polvo. No hay consuelo arriba ni abajo, sólo somos nosotros, pequeños, luchando unos con los otros. Yo estoy hecho para reinar desde abajo, desde la suela de tu zapato muerdo el polvo, todo el tiempo bajo tus pies te monto como en rodeo y no parpadeo. Te recuerdo todos los besos, y las veces que no me viste, ya yo estaba en ti, ahora quiero que te veas partir en mí para yo renacer en ti. Por todas las veces que me hiciste desaparecer ahora escupo en tu cara y desde el fondo te manipulo como titiritero a su marioneta; en tu naturaleza estás corrupto, allí estoy también, estás a mi merced.

Soy lo más importante que olvidaste mirar, sentimos juntos, todo lo que tu cuerpo siente yo lo recibo. En mi forma perfecta soy rey, en mi desnudez te muestro mi hambre sin vergüenza ni hipocresía. Pregunto y pregunto y nadie responde, y cuando me igualo a ti ya tú no estás; pregunto en uno, veo su desdén y salto a otro; este juego acrobático puede ser eterno. Somos tú y yo una matriuska biológica infinita, uno dentro de la piel del otro, en un mismo latido. Nadie dormirá hasta que sepan mi nombre real; siempre que el cerrajero halla la llave cambio mi apellido, se derrite cada vez que te he hablado y no me has respondido. He visto tu voz y se disuelve cuando me deslizo en ella, aunque no puedo culparte por no hablarme, he derribado todas tus creencias. Mi método se resume al lucro, al poderío; así es el poder, yo colecciono vidas, tú lo has hecho también.

 

Il principe ignoto

Nessun dorma! Nessun dorma!

Tu pure, o Principessa,

Nella tua fredda stanza

Guardi le stelle

Che tremano d'amore e di speranza.

Ma il mio mistero è chiuso in me,

Il nome mio nessun saprà!, no, no 

Sulla tua bocca lo dirò!...

Quando la luce splenderà, 

Ed il mio bacio scioglierà il silenzio

Che ti fa mia!...

 

Voci di donne (le stelle)

Il nome suo nessun saprà...

E noi dovremo, ahimè, morir, morir!...

Il principe ignoto 

Dilegua, o notte!... Tramontate, stelle! Tramontate, stelle!...

All'alba vincerò!

vincerò! vincerò!

 

(Letra del aria Nessun dorma)

 

He tratado de alcanzar mi identidad contigo y cuando veo que estás vacío mi apetito no se sacia y nuestra alianza se vuelve imposible y mortal. No hay memoria humana sin mí, no hay futuro allí sin mí, entonces para yo estar allí debo estar aquí. He buscado en tu aliento al creador mismo, sueño con él en tu cabello, vive en un sueño en el que expiras tú, es nuestra relación un misterio sangrado, pues de tu mismo estigma me inmortalizo en mí. Bah! asqueado estoy de ti y de lo divino, entonces yo me rezo a mí mismo por mí. 

 

P.D. No soy bueno diciendo adiós, entonces te saludo en un inagotable Hello End.




(En este texto comparo al virus con el comportamiento depredador del psicópata narcisista integrado que frecuenté durante el año 2020. La intuición me dió respuestas ante el gaslighting al que fui sometida )


 

Jenny Brito Mora

La Habana, Abril 2020








HORMIGAS AL VAPOR

 

Si los extraterrestres estuvieran mirando hacia aquí abajo o adentro, verían un cosmos de Osas Mayores o Capitanes que alinean estrellas menores, listas para despegar al interior del calvario carcelario; el infierno mejorado de la tienda, y vivir el horror a que ese espacio quede vacío, como nosotros; adónde vamos a ir ilusionados a completarnos entonces? Adónde iremos a disimular la incógnita de nosotros mismos? Como Hansel y Gretel, las hormiguitas asalariadas seguimos las migas de pan o terrones blancos, ya no de azúcar, éstos hacen espuma para combatir bolitas de grasa asesinas; total, para seguirle luego el rastro a la grasa de la piel de un pollo. Nos conectamos con nuestras antenitas y nos transmitimos unos a otros por dónde va el tranvía llamado deseo.

Entonces, sin ignorar que somos una especie calumniosa y acrónima; el virus, secretamente, nos insta a limpiarnos de toda culpa, nos hostiga a tener las manos más limpias, y así disimular que somos inocentes, como un asesino borrando sus huellas de delito, así se descarta toda culpa. Se quedará el mundo sin huellas dactilares, ausentes de vestigio nos volveremos invisibles como el virus, debemos limpiar el rastro para que el enemigo no llegue a nuestra morada o nuestra conciencia.

Ya me preparo para el salón quirúrgico de la calle. Ya sé que dicen que la comida al vapor es más nutritiva, pero Dios, afloja un poquito y quítame la lupa de mi muslo con contra muslo un ratico. La comida, nuestra verdadera ideología nacional, la tienda, nuestro templo; pues a templar se ha dicho.

Desde una cola con amor. 

 

 

Jenny Brito Mora

Junio 2020








ESTÁS FUNDIDO (dónde te has metido?)

 

Eres queso fundido; pues ya nada tiene sentido, por eso estás confundido. Estás ofendido y te sientes incomprendido, ese es tu cometido, ya sé que el pan te traicionó, por desnutrido, es un introvertido el muy cabrón. Ya sé que estás perdido, pero yo no te olvido; mira que he pedido, y no te he obtenido, sigo buscando una solución.

 

1 julio 2020

Jenny Brito Mora




MARIPOSAS KAMIKAZE 


Qué sentido tiene una mariposa si su vida puede durar un día o dos?

Ya la mariposa al nacer de su claustro de momia viviente, sabe que será kamikaze, sólo un momento para el amor, ese es su destino. El amor de mariposa sólo espera a vivir para morir de nuevo. Se impactan deliberadamente sobre su objetivo, plenas, sabiendo que no regresarán de la batalla, la más mortal, la que devasta los instintos.  

He pensado mucho en las mariposas, no exactamente en el amor, quizás esta reflexión posea un falso naturalismo o surrealismo veraz. La oruga, sabe exactamente cuando llega la primavera para convertirse en liviana, en la crisálida de la fantasía, en la soledad de su envoltura divaga en sus ideales y espiritualidades, ella misma es su musa. Está lista para ser la imagen de la paradoja del amor, la transfiguración del gusano al éxtasis. Cómo es posible que una forma tan repugnante se transforme en pura belleza, que de sólo mirarlas nos miman? Cómo desde esa pasividad aparente que vive en su soledad de capullo, puede volverse luego en ligera actividad? Deberíamos cada cierto tiempo encerrarnos en nosotros mismos y divagar en la quietud, para reaparecer en algo mejor? Será que en la soledad encontramos nuestra verdadera esencia, no al replicarnos en la multitud, pues nos volveríamos uno más, que es lo mismo que nada. 

Las mariposas, al tiempo que encarnan, nacen para el flechazo, rectifican en su forma para amar un día o dos, quizás una semana; esa perturbación lo demanda, no temen al cambio que implica al desaparecer todo lo que ya conocen, ese es su secreto, la transformación. Estos insectos saben bien que el amor es cruel, malvado; con sus cortas vidas nos hacen esa declaración.

 El amor es una oruga, vive dormido en nuestro ovillo. Felices aquellos que rompen la jaula de seda para dar paso a la expansión de la materia, la explosión de ese sentimiento, la transfiguración del disfraz de seda; sino por qué dirán eso de las mariposas en el estómago?

El querer a otro nos inmola, casi como la vida de una mariposa, es liviandad suma, fragilidad mortal, delicada y dura a la vez, viven sin temer a la violencia implícita, ya que no hay mañana. Admirémoslas; al contemplarlas, debemos pensar que nos dan una enseñanza intelectual, una vida tan breve con un objetivo y visión tan sagaz. El hombre, en su orgullo, debe agregar un ayer, un hoy, y un después; esperemos no estar dormidos en el mañana del ayer. Estamos atareados recogiendo las imágenes del antes para componer la ilustración del día siguiente. Somos menos felices en toda una vida que ellas en su corta existencia, y aún las vemos con superioridad de homo sapiens. Saben que con nuestra indiferencia a lo efímero de sus vidas, nos están dando una lección, a lo que más nos atemoriza: nos recuerdan nuestro miedo a la muerte. Quién no le teme a una mariposa nocturna que se disfraza con cara de lechuza? 

Cuando nacemos no sabemos adónde y porqué hemos llegado, ellas sí saben para qué y adonde van cuando despiertan de su sueño de metamorfosis. Y los humanos nos creemos los más listos, vivimos toda una vida dentro del capullo, tenemos boca, dientes y manos, y no aprendemos a salir de él jamás. Lo mejor que podemos hacer, es usar miles de capullos para tejer un solo vestido. 

 

 

Jenny Brito Mora

25 de junio 2020








ECCE HOMO

 

                                                                              
 El hombre bueno no teme a la oscuridad. 

                                                                                                                                  Rubén Blades.

 

A veces no veo diferencias entre un delincuente y un intelectual. Es posible que entre ambos haya una similitud, pues a ninguno le gusta seguir las reglas. Pero un bandido sabe que lo es y el motivo que lo ha llevado por ese camino sin disfrazarlo. Mientras que el intelectual, en ocasiones, justifica sus malas acciones tras la hipocresía que le ofrece su “moralidad” de intelecto, escudándose tras la fachada que proporciona la cultura; allí hay algo de perverso. Entonces, éste posee cínicamente e íntimamente la inmoralidad que el delincuente quizás se ve sometido a encarar para sobrevivir. Puede ser que el delincuente conserve en él una pureza que lo haga llegar  a extremos, saberlo conlleva a un conocimiento de superar hasta posibles represiones, (la pureza es un acto intenso, de limpieza). Sólo hay que revisitar la historia de muchos santos, muchos vienen de un origen austero, de dificultades y pecado. Está claro que la vida se entiende desde el dolor, eso es pureza también, la que encamina hacia la espiritualidad.

En  el sufrimiento que conlleva el dolor de vivir, no se arrulla la arrogancia del saber. Los intelectuales escriben la historia, pero aquel que se sabe culpable, entiende que ésta, realmente se escribe anónimamente dentro de su carne y su sangre.

 


Jenny Brito Mora 

17 Junio 2020








MOWGLI Y LOS LOBATOS.

 

El humano es humano por imitación, en ese hecho irrefutable de mimética reside el poder hablar, aquellos que tenemos la posibilidad de escuchar;  el exterior, también condiciona al sujeto y su identidad, y la experiencia de vida es vital para la existencia. En el adolescente sobre todo, es de crucial importancia definirse en sus semejantes y el intercambio con sus contemporáneos. La exposición al rebaño humano está ahora controlada, deshumanizada, el otro puede ser el enemigo: los amigos, la familia, las parejas. Estos jóvenes del  futuro se criarán como pollos inofensivos en su jaula, en campos de concentración familiar, sobreexpuestos a ellos y coexistiendo detrás de sus reflejos. Serán jóvenes que vivirán alertas del existir. ¿Se volverán seres puros por su falta de interacción social o brutales por tener que lidiar con la soledad  y el auto- confinamiento? Todo se volverá distante, ausente y controlado; ellos tendrán que jugar a las distancias, pues moverse es un riesgo y salir de la cueva puede ser mortal. En esa falta de lo espacial, de lo temporal como experiencia, el sentido del cuerpo se disuelve, pues el cuerpo es parte del sistema, ni extremidades ni extremos, todo será más mental. Hemos saltado con sancos de la era de la multitud a la de la pulcritud. Ya se habituarán estos lobatos a vivir conciertos multitudinarios en sus mentes y juegos de botellita con gafas 3D; la sociedad quedará simulada a través de las redes y los medios de difusión masiva. Para qué el cuerpo si la sociedad y sus paradigmas se han derrumbado? Serán niños sin diáspora anclados al destierro del hogar.

Jóvenes sin tiempo a destiempo. La biopolítica recaerá sobre ellos y sus movimientos, tanto físicos como virtuales. Ya la mascarilla los acalla, neutraliza sus identidades e individualidades, y así vivirán en un eterno letargo. Retardarán toda vivencia juvenil y nueva; primeros amigos, primer beso, primer amor, la primera fiesta. Sus sentidos estarán minimizados al mínimo por ciento, serán jóvenes briosos que nunca entrarán en batalla en tierras que han quedado inhóspitas; jóvenes disueltos al 5 %, ya el acostumbrado 100% es un riesgo, jóvenes autocontrolados, pálidos en su espontaneidad. Lo peor es que a esta parálisis se acostumbrarán, al punto que preferirán algún día sus vidas de avatares a la real. Pero la vida no se vive soñándola, las estaciones pasan y el tiempo que pasa no es oro, es vida. Estas criaturas no comerán tierra en los patios de recreo escolar, se retarán desde sus teléfonos a comer jabón en las bañeras; (ni Popeye hartándose de espinacas entendería esto). Nada importa ya en la jungla, la apatía es el legado, el terreno exterior es inseguro e inestable, ellos no creerán en nada más que en lavarse las manos para sobrevivir allá afuera; su futuro ya está descrito.

 

Sociedad OVER

Caricias OVER

Exterior OVER

Besos OVER

Amor OVER

Dios OVER

GAME OVER

 

 

Jenny Brito Mora

15 Abril 2020







SLOW-MOTION

 
Iglesia y ciencia a veces tejen sus doctrinas con hilos comunes. Según ellos la casta se disuelve como salidero de agua hacia la alcantarilla .Las parejas que han tenido un solo hijo, las que no tienen descendencia, los abortos, las enfermedades y catástrofes naturales merman a la especie. Predica la ciencia que tan pocos nacimientos atentan contra la evolución del homo-sapiens, a la par la Iglesia dicta que abortar es un pecado. Entonces me comprendo y me desentiendo como un dibujo, esa forma de expresión gráfica que plasma imágenes sobre un espacio plano y vacío, presto para ser llenado con la oscuridad del grafito; así es explicado en su lógica. Empezamos como un boceto, que a lo largo de la práctica y la repetición se perfeccionó en técnica y belleza, lo espiritual aliado a lo racional.

 La concepción  de estos claroscuros que en sus trazos han peregrinado para definir las líneas humanas, han concebido una stop-motion que perdura desde hace siglos. Desde sus inicios en las cavernas, Da Vinci y sus apuntes, pasando por los hermanos Lumiere,  hasta la realidad virtual que casi parece algo irreal; la magia dibujada por una transmisión desde unos emisores codificados entre ceros y unos. El dibujo ha evolucionado a la par de la especie, para volverse la huella dactilar del hombre, un mapa milenario perfeccionado, desde la cueva con estalactitas hasta la torre de acero y cristal con vista de pájaro que levita sobre la urbe; (curioso que mientras más lejos del suelo más vale, como si con el costo desproporcionado del inmueble el hombre quisiera distanciarse de aquel espacio húmedo y oculto, dónde se originó su creatividad y lenguaje primigenio representado). Paso a paso, en ese bosquejo de uno sobre otro, en esa ola de expansión humana, nuestro ADN ha viajado en el tiempo. El origen según científicos e Iglesia radica casi en el mismo lugar, y  ha recorrido largos períodos para entonces, desde la presencia de ese primer esbozo hallar la transformación en esa repetición.

… y luego,

A

D ónde

N aceré?

 

Jenny Brito Mora

Marzo 2020








AURA


Mientras las personas echan su aliento sobre las pequeñas pantallas de sus teléfonos, la publicidad a gran escala de las mega ciudades se entretiene sola, se consume sola, parpadea a las calles y grandes plazas vacías arrojando campañas mediáticas para sí misma: the target has been lost in evolution.

Ahora esa muchedumbre no puede hacer otra cosa que mirarse hacia dentro desde su cápsula, ese espectador ya no puede abandonarse entre tanta imagen, tipografías luminiscentes aniñadas y atractivas. Debe consumirse a sí misma desde una realidad xerófila para ver que halla en la vacante que dejó la propaganda civilizada en su psiquis. Debe encontrar un momento de respiro para buscar una “marca”; ya no industrial, sino la de vivencia. Hay que inhalar;  y en esos segundos comprender si ese estilo de vida fue real o no, para comprobar si debe continuarse o no, comprar o no. Cuánto dura la eternidad, un segundo? Si ese aire ya no respiro, a qué aspiro? 

En cambio la ciudad se ha reencontrado solitaria, silenciosa. El silencio es tan antiguo, de aquella era donde el sonido lo imponían nuestros cuerpos; ha estado presente desde nuestra génesis, lo perdimos de vista con tanta urbanidad, pues nos atormenta y  horroriza, porque el silencio detiene el tiempo, no logra ni alcanzarlo ni invadirlo, él viaja distinto en el espacio. Allá en el vacío, donde la quietud reina, un día equivale a años en la tierra. Ahora ha regresado a nosotros como avalancha en la colmena. Estábamos tan apurados escapando, que nos tropezamos con él y nos ha apocado.

 La urbe inhala, exhala, y expira al liberar lo abandonado por el humano creado para sí. La prisión publicitaria quedó desarticulada, y afloró una transmisión inocua directa a la autopista. Ahora desde una realidad anulada cada vez más por el mundo virtual, queda esta disminuida y cuestionada, es ella la que ha sido aniquilada por el “virus” informático; tan táctil, tan complaciente, tan inmuno -lógicamente “me gusta”. Si el lenguaje se vuelve esta fracción de telegrama electrónico es mejor volver al silencio, mejor que la palabra se abstenga.  Auto explotarse y auto optimizarse en la red casi parece un romanticismo contemporáneo,  pero realmente esconde las voces de sus autores debajo de nuestras voces. Tal vez ahora, la "persona que quizás conozcas "se vuelva tu mejor amigo desde ese paisaje electrónico interior sin vistas, cuando la ciudad se haya quedado como jardín sin abejas. 

 
Jenny Brito Mora

13 de abril 2020








ME HAS DECEPCIONADO

 
Oh ventilador! me has decepcionado. En estas noches tormentosas de calor, ruge la piel sudorosa; y tú, mi mejor amante, sólo confinado a mi cuarto, que solías dar suave brisa y calmar temores insecticidas, no despiertas, no hay sonido ensordecedor. A quién voy a limpiar con dulzura y engrasar las coyunturas? Ahora donde susurraré verborreas con eco? Desencantada estoy del abandono. Qué mezquindad! has desertado para dejarme de lo prolijo al revoltijo. Amén.    

 

Jenny Brito Mora

Abril 2020  








PARQUE DE DIVERSIONES  


 

Un parque es para divertirse, encontrarse, desenamorarse, es un espacio lúdico donde los humanos de cualquier edad “juegan” un papel en el esparcimiento. Se encuentra un lugar donde no estar al ver divertirse a otros, un modo de dejar de ser contemplando a extraños.

Este parque tiene muros sólidos, límpidos, resbaladizos e intactos en su soledad, cemento ausente de calor humano. Sólo el sol juega a las sombras con su estructura; en su partida, las farolas se apropian del rol, donde ya ni los insectos van encandilados a morir desesperadamente. Matar el tiempo…ni las mosquitas debajo de las hojas esperando su epifanía saben que es.  



 Jenny Brito Mora
Abril 2020







YO NO VIAJO SOLA  (acertijo)

 

Quiere tener su confidencia la tierra; la leo como mar que entra en la arena, la beso como fuego tocándola gentilmente al sentir donde comienza. Yo soy tu, todos somos ella. Indecible pero con nombre, que son muchos. Cuando me tocas, te toco en respuesta que a la vez pregunta. Soy aligerada magnitud que te anticipa terrenal, soy vida que duerme a veces temblorosa y se transforma.  Muestro lo que tú escondes. Soy agujero de conejo que se trastoca en el tiempo. Yo oriento como reloj si la nube no me alcanza.

Yo te completo; vigila tu paso y tu ritmo, pues yo no viajo sola. 

 



Jenny Brito Mora

Mayo 2020








 DESDE MI VENTANA

 
Las Golondrinas, como punta de lanza en el cielo, cazando al vuelo, combatiendo una batalla contra el viento siempre están, son pura velocidad.

El Zunzún, taladra como aparato de dentista en la flor.

Los Totíes juegan al reto, el más negro, el más brillante o atrevido, eso sí, ninguno tiene miedo, como les gusta partir arroz.

Los Gorriones, abundantes en bullicio, siempre en la mañana me hacen despertar, hay que dejarles estar, porque siempre hay uno en cualquier lugar.

Las Palomas raviche, definitivamente las más glotonas, al pan son aficionadas, a nada más; nerviosas siempre están, más se hartan, sin dejar de mirar.

Las Aura tiñosas son las que más pena me dan, ya no hay carnes maltrechas a las que acechar, las ofrendas religiosas han mermado por acá; bellas, planean en lo alto, a Águilas quieren soñar, siempre guardianas buscando una orilla a la que limpiar.

A lo Conde de Montecristo, no hay más ná.

 



Jenny Brito Mora

2 de Mayo 2020









PIENSO, LUEGO RESISTO. (El hombre post-Coronavirus)

Estará la humanidad condenada a entrar obligatoriamente  en la era del androide o a volver a ser cazadores- recolectores- pescadores en el mejor de los casos. Si fuéramos robots, qué fácil sería no saludar con un beso o dos, con una mano o dos, dar un largo abrazo…, para qué hablar del más minúsculo beso en los labios de aquel, qué añoranza. Personas con máscaras, sin identidad, a un metro o más de distancia por favor, lávese! De repente hicimos conciencia del otro; a mí que me importaban los demás, los extraños, ahora estoy alerta de cualquier acercamiento innecesario y del porqué, y quién será aquel de la gorrita? me parece que lo conozco, -qué dijiste?, con el naso buco no entiendo; minimicemos nuestros gestos y desenfreno a los afectos. Lo mejor es ser un perro o cualquier otro animal, eso sí es libertad; a lo largo de la vida en la tierra ellos no han tenido que modificar su modo de comunicarse entre sí, las ballenas se silban desde lejos y con eso basta para decirse un montón de cosas. Ahora el hombre depende ferozmente del teléfono, el mundo digital y todas sus variantes, y la verdad no me resulta gratificante, al contrario, pura frustración!

Lo peor del mundo invisible, no es sólo lo que está ahí y no se ve, sino que el resto de nuestros sentidos no los advierte tampoco, sólo hasta que es demasiado tarde. No escuchamos el ruido del viento como cuando se acerca un ciclón, ni sentimos cosquillas sospechosas o se altera nuestro paladar. En estos días hasta el tiempo se ha puesto de acuerdo en la quietud, ni llueve, ni truena, ni hay viento invernal, todo en una “calma” espeluznante. Será que la evolución dicta con inamovible veracidad un vínculo de virus entre animales y humanos, por aquello que se dijo del murciélago, al punto de crear un ser futuro de ciencia ficción como la teniente Ripley en una de las sagas de Alien. El proceso real y acelerado no es como en la película, pues sólo afecta a unos pocos aislados en el espacio, las consecuencias reales de la selección natural de las especies están siendo devastadoras; aunque, recordando unas escenas de la película, los científicos estaban procurando una serie de acciones ocultas para preservar al parásito dentro de ella; eso me pone a pensar en una analogía con la realidad, será? El exceso de humanos que se desplaza hacia los espacios habitados por los animales, no olvidemos los incendios forestales de hace unos meses, la sobreexplotación de los recursos naturales para hinchar el saco que nunca se llena del neoliberalismo tiene nefastas consecuencias acaeciendo a un final desde hace un tiempo ya.

Lo llamativo del asunto es que este virus contiene una molécula de proteína y parte de ADN, no es un organismo vivo y se descompone cambiando su código genético en nuestras mucosas, es decir, somos nosotros reducidos a una visión microscópica. El bicho, anuncia la metástasis de un sistema social colonizado por los bancos y las marcas, el neoliberalismo y la esclavitud consumista impuesta a la población; quizás no anuncia tanto el fin del mundo, nosotros no somos el planeta, pertenecemos a una parte de él, luego de los dinosaurios surgimos nosotros. Todo se metamorfosea y se renueva, pues para renacer hay que morir. Esta situación del virus adherido a nuestros cromosomas se me presenta como un suicidio colectivo e involuntario, una metáfora violenta de la evolución natural. Los gérmenes son parte de nuestra carga genética, han ido mutando para desde una especie de canibalismo destruir linealmente desde dentro la carne y el espíritu, nos han desconcertado con nuestra propia destrucción masiva, sin distinción, sin afectos. (- No hay tiempo que perder, diría una bacteria, llevamos tiempo trabajando en silencio. –Escóndete humano! Sin tí estamos mejor.) Los virus, nuestra conciencia biológica; ya sin nosotros, la metáfora estaría condenada a quedar apocalípticamente vacía, o siempre lo estuvo; el humano sólo sabe destruir, borrar; borrar a su pasado, a sus ancestros, y por lo tanto a su futuro.

Este distanciamiento obligatorio, este no ser, condena la libertad siempre exigida por el hombre en la sociedad. El escenario virtual nos está colonizando cada vez más y se ha vuelto un naso buco para evitar el contacto cara a cara con los otros. Quizás el verdadero virus sea el hombre moderno que no sabe hacer otra cosa que consumir, lo mismo productos de limpieza que información viral, memes, videos, etc., etc., ya escribir en esta plataforma es una gran ridiculez, un desliz narciziano. Puede que un androide sea más humano o más consciente de sí mismo y los demás, pero para eso falta mucho, pues un robot para aprender a ser humano primero debe saber aburrirse.

Una infección neoliberal; todos con las mismas costumbres, protocolo al entrar a casa, establecer distancia con los demás; de repente hay un único guión de pensamiento y comportamiento global, se ha establecido un estilo de vida ascético, reprimido sobre la tan ansiada autonomía que profesa el hombre, y con la contradicción de tener facilidad  de poseer tiempo libre desde el encierro, no la del esclavo detrás de las máquinas de producción masiva que abastece a la sociedad sedienta de marcas de moda y automotrices “Made in China”. Porqué sorprende quién vive y quién muere?  No se hace eso en las guerras desde siempre, que también suceden ahora?  La libertad del hombre se ha visto comprometida por la conducta de ser él mismo. Ser o no ser, ya no es cuestión.



Jenny Brito Mora

27 de Marzo 2020.




 LEVEDAD INMÓVIL


Un Cristo de metal  ha perdido su tridimensionalidad,  se ha vuelto una silueta, una sombra de sí mismo para dar cabida a lo que lo contornea, su luz, lo que provoca su sombra, su antagonista natural  lo ha vuelto un arquetipo. Es posible que una sombra de hierro contenga en ella luz. Crear una sombra que lo contenga todo, al punto de reconocernos en ella, como también pueden caber en ella todos los universos posibles, una sombra a la espera, muda, anónima y tangible, no la de Peter Pan que se escurre por las paredes con necesidad de coserla. 


Un Jesucristo sin sombra, es decir, sin luz, no tendría su reflejo proyectado en la tierra,  no habría imagen que se deslice por las dunas del desierto. Eso es lo que tenemos, una imagen que esconde su forma material y sólo nos muestra su espectro anónimo, nada más la conciencia de que este exista. 


Ya llegó la luz, lo único que me agrada de los apagones es el silencio, si es que eso es real.  


10 de marzo 2020



EFECTO PLACEBO. 


Es la sociedad en su estructura fundamental un reflejo de un efecto placebo, sólo fake- news. Los botones del ascensor, los del semáforo en otros países, claro, los videojuegos, los celulares y sus aplicaciones, Facebook, la publicidad, la propaganda, los amores placebo… SHIT!, el dinero. Hacer arte a veces me parece que consiste en complacer; complacer al mercado, a los críticos y curadores, a la institución, las nuevas tendencias, a los coleccionistas. Si entendemos el arte como este valor ficticio para crear una realidad terapéutica, entonces la sociedad sin el arte está en piloto automático, como sonámbula, que sería de ella sin esa creencia del arte y la religión.


 La receta que nos da el médico nos tranquiliza, en ese papel se encuentran nuestros temores a la enfermedad disueltos, y se cierra ese ciclo al tomarnos la pastillita. La curación espiritual se basa también en este efecto, de ahí deriva la fe y la esperanza. Para otros también al comprar una casa o carro nuevo. No porque un auto moderno cueste cientos de miles de dólares significa que sea mejor que un carro antiguo de los años 30; es decir, esta situación se encuentra por doquier. Es posible que la sociedad no pueda sostenerse sin esa “píldora”. No podemos ver el interior de la tienda porque sólo observamos nuestro reflejo, como si al pasar frente a la entrada de un solar en vez de advertir olor a humedad sintiéramos fresquito de aire acondicionado… no es un hotel. 


Dios es una extensión de nosotros o a la inversa, puede que Él sea nuestra prótesis, no nuestra extensión, y por eso sobrevivimos, por la ilusión de apoyo que se anida en nuestra conciencia. El medicamento de la mentira gratifica pues alivia sentir que una ficción se sostenga en el mundo real, sino nuestra consistencia se pone a prueba. Qué más da que cualquier sustancia pueda actuar como placebo, si incluso un vaso de agua pura puede ser curativo. ¿Será el agua bendita?    


 


Jenny Brito Mora


4 de marzo 2020



AUTORRETRATO


Me miro al espejo  y no sucede nada, sigo en el mismo lugar, nada se percibe distinto, no siento el correr de los segundos ni los minutos, aunque sí me percato de los años. Cualquier partícula de mi piel que se haya desprendido no la puedo recoger; todo sucede a nivel microscópico, esa otra realidad.   Quizás nos sea más comprensible como al mirar por una ventana cuando viajamos en un tren a alta velocidad. Un horizonte siempre borroso, sin definición, un paisaje que se diluye aceleradamente, por lo tanto no podemos contemplar ninguna forma.  


Somos un microsegundo en tiempo geológico, un paisaje efímero a alta velocidad. Entonces si  somos polvo antes de existir ¿Cuál es la realidad, si apenas somos un punto en el tiempo? las rocas serán testigo.


Jenny Brito Mora

3 de marzo 2020

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